mOltO mOndO rEdOndO: de PARADOJA DE LA REFLEXIÓN, pasando por EL PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE hasta " LA MONDA"

"Paradoja de la Reflexión" 2 m x 1,45 m
exposición colectiva del seminario "La Distancia y La Huella: para una Antropología de la Mirada" verano del 2000- febrero 2001 U.C.M

http://www.javierseguidelariva.com/Res/R%2062.html

obra propuesta y expuesta en U.M.P (Universidad Menendez Pelayo), Cuenca, Spain

Etimología de "Paradoja de la Reflexión":
( para- : del griego, preposición = hacia; doja-: del verbo griego dokeo = creer, pensar, opinar, suponer, imaginar; opinión, creencia, manera de ver; reflexión: acto o proceso mediante el cual la mente obtiene conocimiento de sí misma y de sus propias operaciones; refracción: cambio en la dirección de propagación de un fenómeno ondulatorio, la luz; reflejo : imagen, representación, muestra).

¿cómo surge?:

Uno de los primeros recuerdos que tengo siendo niña se remonta a mis juegos delante de un armario espejado situado encima del lavabo del baño. Recuerdo que constaba de 3 puertecillas y las cosas se tornaban verdosas cuando la luz incidía en él. Recurría siempre a una banqueta para subirme en ella y poder alcanzar a verme reflejada. Entonces, dejando la puerta central del armarito cerrada, abría las otras dos pegando cada una a un lado de mi cara; de este modo conseguía poder observar mi imagen de perfil proyectada hacia el infinito a derecha e izquierda, y mirando al frente me encontraba con mi imagen frontal a escasos centímetros de mi rostro. El juego consistía en hacer muecas y movimientos gestuales de todo tipo, así pasaba las horas riendo al comprobar que “la otra Elena” era imposible de burlar, que siempre sabía qué gesto le haría y ella se reía conmigo demostrándome que era capaz de realizarlo al tiempo que yo. Pero un día me inventé un nuevo juego, esta vez me quedaría inmóvil retándole a “ella” a que diera el primer paso para jugar a hacer muecas. El tiempo pasaba y ninguna de las dos hacía nada salvo pestañear simultáneamente. Probablemente fue entonces cuando aprendí que un segundo podía convertirse en una hora pues el tiempo se ralentizó, perdí la noción espacio-temporal, entré en un estado de trance… ya no sabía quién era yo y dónde comenzaba aquella que vivía dentro del espejo. Dirigía mi mirada a derecha e izquierda y veía cientos, miles, infinitas elenas. Dejaron de existir derecha e izquierda, arriba y abajo, de frente y detrás. Mientras, yo me preguntaba ¿dónde estaba realmente la verdadera Elena? y ¿en algún momento el infinito se hacía finito? Todas estas preguntas duraron un pestañeo, al abrir los ojos de nuevo, todo era blanco y comencé a reconocer el techo de la estancia. Me había desmayado y estaba despertando de un sueño, o tal vez volvía a dormir y hacía unos instantes había estado más lúcida que nunca. Coloqué la banqueta en su sitio y cerré las ventanas del armarito.
Esto aconteció cuando yo contaba con 6 años, y no volví a darle más importancia ni a pensarlo hasta que un día de agosto de 14 años más tarde, cuando contaba con 20 años, encontré una foto que nos hizo mi padre a mi madre y a mí frente a ese espejo, siendo yo una chiquilla de escasos meses de edad...

SOBRE EL PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE:

En el 4º curso (allá por el 2003), asignatura Proyectos I de la rama DIBUJO, en la Facultad de Bellas Artes de Madrid, nos pusieron como "castigo" a todo el alumnado que tenía más de 3 faltas sin justificar y sin una propuesta a tiempo, el tema de El Principio de Incertidumbre para presentar una investigación de entre 30 y 50 páginas y una obra hecha, o lo más resuelta...

Pues chic@, me cabreé, no tenía tiempo libre entre un trabajillo y otro, tanta asignatura, querer respirar un poco... Pero finalmente, en cuanto me embarqué en el tema, se lo agradecí para siempre al profe, Manuel Barbero. Este es un resumen de mi presentación y prototipo presentado, extracto del dossier presentado para la solicitud de Beca Erasmus a Maasticht 2004/2005 (la bibliografía es variada y, cuando localice el dossier, la adjunto) :